domingo, 21 de noviembre de 2010

Señales.











     Sentado en su playa perfecta, con la mirada perdida en un mar en calma teñido de todos los azules, sintió súbitamente algo cercano a la plenitud. La selva, a su espalda, apoyaba los codos en la arena bajo un cielo preñado de tormentas.

     Miró a ambos lados. Nadie.

     Vio una ola llegar... e irse, como cumpliendo un cometido. “Acaba de pasar otro segundo” –pensó, cerrando los ojos.

     Durante unos instantes simplemente se dejó estar, abismándose en su espacio interior, escuchando su respiración.

Pasó otro segundo.

Fue abriendo luego sus sentidos al arrullo del mar, al tacto del viento y la arena, al olor de la sal… al sabor de la vida.
 
     Abrió suavemente los ojos y susurró “gracias…”.
 
     El agudo graznido de una gaviota al pasar rompió el momento y algo golpeó suavemente su cabeza. Luego lo sintió gotear caliente y viscoso por su frente, por sus sienes.

     Prorrumpió entonces en sonoras carcajadas mientras pensaba: “respuesta correcta”.

11 Dejaron su rastro:

Laura

¡¡¡Cuánto me gustaría que hubiera sido cierto!!! Jajaja... ¡Toma realidad! ¡Que ya está bien de tanto misticismo, hombre! :D

Susana Pérez

Hasta en el paraiso hay... cagadas.

Besitos de paraiso

Ángeles Sánchez

La escatológica realidad se impone una vez más, bien Kum* la respuesta correcta por si acaso empezaba a levitar al leer tus letras.

Abrazos.

Maria Coca

Si es que uno nunca está a salvo!

He vuelto a verte muy de cerca... aunque te siento lejano...

Un beso del magenta al negro.

Puck

jajaja menudo tortazo de realidad!!!!! yo que en tres líneas estaba ya imbuida del espíritu playero... Saludillos de cal y arena

Maite

Jajaja, este micro es un auténtico fogonazo, me ha abierto los ojos :-) Un abrazo

bicefalepena

Si es que las vacaciones son siempre tan cortas...

Un abrazo y la mejor de las sonrisas. Pena no puede ni hablar del ataque de risa.

HÉCTOR LUIS RIVERO LÓPEZ

Yo necesito una cagada así...me come el agobio. Besos.

Anónimo

Mensajes de la naturaleza que muchos se empeñan en desoír. Yo, en una ocasión, contemplando la playa comprendí que la sombra de una gaviota era el verdadero animal y que el animal en sí era una sombra de la sombra. Me partí de risa durante horas.
Abrazos fácilmente identificativos,
PABLO GONZ

artistalight

O palabra cierta,como dice mi madre :) me hizo imaginar la quietud de una playa desierta, y me mató de risa la gaviota :) me parece que está comprando el mismo librito que mis palomas :S Un abrazo.

Unknown

Siempre hay que agradecer la cercanía de las gaviotas.
Estando en la playa de Santa Mónica, en lo que contesté el teléfono puse el bocadillo sobre el coche y segundos después advertí que tres gaviotas lo disputaron, y volaron dejando mostaza embarrada. Cuando se lo conté al que vende los bocadillos, me lo repuso sin cobrar.
Que sorpresas dan.

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