sábado, 19 de mayo de 2012

Cuentos de Amador.

12. Anónima.















No tuvo nunca un nombre. Es decir, los tuvo todos. Todos los que quiso tener o sintió alguna vez como suyos.

A los cinco meses de embarazo, tal y cómo era costumbre en la aldea por aquellos entonces, su madre fue a buscar a la China para que le adivinara el sexo, el nombre y los aconteceres a la criatura que estaba por llegar. Después de espantar gatos, cuervos y malos augurios a base de velas, inciensos y palmadas de gallina ciega, la China aclaró el aura de la madre con limpias de huevo y humos, besó la frente de la mujer y le posó luego sus manos de paloma vieja sobre el vientre, hinchado ya como la panza de un obispo.
—Es una niña, tardará mucho en venir y no tendrá nombre que valga. Se llamará como quiera y cada día querrá llamarse diferente. Ella inventará su historia y escribirá su propio destino, con su prólogo y su epílogo. No te puedo decir más.

El embarazo se alargó por más de un año sin que la niña diera señales de querer nacer. Mucho tiempo después la China vino a preguntarle el porqué de aquella pereza, el porqué de aquella espera; ella le contestó con naturalidad:
—Francamente, China, allí dentro no encontraba una razón convincente para salir de un lugar tan confortable.

jueves, 3 de mayo de 2012

Año 2052... (más o menos).





















—Oye, ¿te acuerdas del 15M?
—¿Qué?
—Que si te acuerdas del 15M.
—Hmmmm… ¿Qué era eso, un grupo de música o qué?
—No, joé, eso que hacíamos de sentarnos en las plazas.
—Aaaaaaaaah, sí, sí, y llegábamos a conciertos en las asambleas.
—Consensos.
—¿Qué?
—Consensos no conciertos.
—Ah, sí… y hacíamos así con las manos, ¿no?
—Es verdad, y…¿ Y para qué hacíamos eso?
—No sé, no me acuerdo, pero quedaba bonito.
—Sí, muy bonito. Mira, ya nos traen la pastilla.
—Ah, qué bueno. Me encantan las pastillas azules. Y la nueva enfermera. Oye... ¿Por qué me miras así?
—Perdone, pero…¿y usted quién es?
—Joder, Kum*, cada vez estás peor de lo tuyo.
—Ya, pero… ¿usted quién es?
—La vejez te ha pillado muy mayor, Kum*.
—¿Qué? ¿Cómo dice?
—¿Qué?
—Mire, ya nos traen la pastilla.