martes, 19 de octubre de 2010

Espejos.




















     La suya era una soledad de vecindario. Una soledad sólo concurrida por la modesta multitud de desconocidos con los que compartía las burocracias de una vida sin anhelos.

     Con nadie intercambió nunca nada más allá de un buenos días, algún buenas noches o aquel socorrido cómo está usted, que no requería respuesta.

     Tampoco a nadie contó nunca su problema con los espejos… y exhausto, confuso, a veces se preguntaba:

-¿Seré una suerte de vampiro? ¿Quizás un fantasma desmemoriado?

     Hasta que un día, de pura casualidad, se le desveló el misterio.

     No era, por supuesto, ningún vampiro. Ni siquiera algún tipo de monstruosidad. Simplemente… no existía.

10 Dejaron su rastro:

Torcuato

A bueno. Entonces se quedaría tranquilo.
Buenísimo Kum.
Un abrazo.

Susana Pérez

Hasta que un día, de pura casualidad, se le desveló el misterio... Queda en el aire y le da el toque de "misterio".

Genial.

Abrazos que existen... ¿o no?

Anita Dinamita

Y así era, si no vivía, posiblemente tampoco fuera
Lo tuyo no sé si son las perlas o los diamantes en bruto, Kum*
Un abrazo

Maria Coca

Pobre criatura! Un ente sin sustento... Qué bueno. Me encanta el comienzo y ese final que deja sin respiración. Estás muy inspirado!

Qué maravilla.

Besos del azul al magenta.

bicefalepena

Desmemoriado, pero muy educado...

Un abrazo

Puck

Que no se preocupe, seguro que por ahí hay más inexistentes con los que puede establecer relación.
Me encantó la primera frase. "La suya era una soledad de vecindario". Cuando dejó de existir sus vecinos contaron a todos los medios cómo fue su vida y había tantas versiones como puertas en el edificio. Saludillos de vecino a vecino

Kum*

Muchas gracias a todastodos por vuestra compañía... porque... existís, no?

Besos, por si acaso.

HÉCTOR LUIS RIVERO LÓPEZ

hummmm...se me hace que ya tengo otro blog favorito, exótico y sencillo a la vez, con buenos micros...un cordial saludo de Héctor Rivero

impresiones de una tortuga

Kum*, hay mucha gente que, realmente, no existe para nadie, pero lo peor es, que hay mucha gente que no existen para éllos mismos. Saludos.

Anónimo

Uno de los grandes temas de la literatura actual: el problema de la identidad. Sin duda es así porque responde a una necesidad de las personas. ¿Es la soledad el origen o la consecuencia de ese problema?
Abrazos,
PABLO GONZ

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