miércoles, 1 de septiembre de 2010

Coma.




     La sala era amplia. Voluntarios de impecable bata blanca la mantenían siempre limpia y aireada, a media luz. La música y el incienso suavizaban el ambiente protegiéndolo de energías extrañas. Era un buen lugar para estar en coma.

     Como cada día, a la hora habitual, el Dr. Perkins comenzó su ronda vespertina seguido del séquito de pupilos que revoloteaban a su alrededor tomando notas en respetuoso silencio. En la sección de recién llegados se dispuso a seguir el peculiar protocolo de diagnosis que levantara tanto revuelo y le hiciera tan popular en su momento: Se acerca con suavidad al paciente y durante unos instantes olisquea su coronilla examinando su estado mental. Después apoyando apenas sus manos sobre el corazón establece el estado de las emociones. En las rodillas explora los miedos y posando sus manos en la planta de los pies determina el apego que el paciente le tiene aún a la vida. Siempre se refiere a ellos por el nombre de pila y durante todo el proceso se abstrae profundamente, respirando lento, con los ojos suavemente cerrados.

     Tras revisar al primer paciente, como saliendo de un trance, comentó a media voz.

-Bien, tenemos aquí un típico caso de coma convencional. Lorenzo se ha tomado un descanso de la vida, una suerte de paréntesis. Eso es todo. Animen a sus visitas a que le hablen amorosamente. El paciente oye, entiende, siente y es muy probable que al despertar lo recuerde todo. Volverá cuando esté listo.

     Se despidió del paciente acariciando su frente con ternura y se acercó a la cama contigua. Esta vez se tomó más tiempo antes de hablar y repitió la diagnosis yendo varias veces de la coronilla a las rodillas y a la planta de los pies.

-Interesante… -dijo bajando el tono, como hablándose a sí mismo –El caso de Lucía no es un coma propiamente dicho. Es un punto y seguido. Aquí no hay descanso, hay angustia. Por algún motivo todo se ha detenido bruscamente. Sus asuntos están aún sin resolver. Palpen sus rodillas. La paciente tiene miedo, siente vértigo… algo así como unos puntos suspensivos sin nada detrás. Requiere nuestra máxima atención. Supervisaré personalmente las visitas y su evolución. Que alguien tome su mano en todo momento. Hay que calmar esa tormenta interior.

     Se demoró todavía un rato con las manos sobre el abdomen de la mujer antes de dirigirse al último recién llegado. No tardó en dar su diagnóstico.

-Manuel está en paz –dijo con su mano sobre el hombro del paciente –Es un punto y final. Ha resuelto ya todos sus asuntos terrenales. Permanecerá en este estado hasta que decida dar el último salto. No va a volver. Si tocan sus pies verán que está ya muy lejos de aquí… en un lugar acogedor. Buen viaje, amigo –susurró cabeceando con una sonrisa en los labios.

     Despidió a sus estudiantes dando las últimas instrucciones y se acercó después a la cama de Lucía. Tomó dulcemente su mano, cerró los ojos y frunció levemente el ceño. Hoy pasaría la noche con ella.


A Manuel (1972-2010).  Buen viaje...

14 Dejaron su rastro:

Anita Dinamita

Querido Kum
Te devuelvo el sombrero que te dejaste por mi casa... me has dejado en dos puntos, mientras la mirada de un gato me observa para ver lo que escribo. Simplemente genial!
Interrogante: ¿qué te pasa los miércoles?
Abrazos

Susana Pérez

Desde luego que parece que los miércoles son tu día inspirador. Me parece increible, precioso. Ojalá nunca faltara ese toque de calor en algo que, por desgracia, a veces es tan frío.
Abrazos

Kum*

Mis queridas brujitas...

Maria Coca

Qué suerte que haya personas así. Un personaje que habla de quienes se preocupan por los demás y de los que saben interpretar el silencio.

Belleza, magia, melancolía... Todo esto y más siento al leerte.

Besos de nuevo. A propósito, me encantan los cambios del blog. Precioso!

Kum*

Muchas gracias, María. Qué bueno que has vuelto.

Es lindo ver que tantas horas de pruebas, de búsquedas... de pasarle el cepillito al blog, dan su fruto. Gracias por el comentario.

Siempre dejas tras de tí... todo eso.

Del negro al azul... besos.

su

Precioso...

Miguel

Bonita historia y bonita forma de contarla.

Saludos

Unknown

Sos vos quien ha dejado su rastro en mis lecturas. Lo que has escrito es uno de los cuentos mas bellos que he leído en mi vida. Felicitaciones!!!

Julio Genissel

MUY BUENO!! Te sugiero veas este comercial.
http://www.youtube.com/watch?v=zVV-yORDNHA

Saludos

Maite

Buenísimo, te dejo aquí plantada mi admiración, para que vaya creciendo poco a poco. Es inmenso este relato, bien novelado, con una idea genial, con el paralelismo con las letras, con sentimiento, creo que no le falta nada. Precioso. Felicidades.

Kum*

Siempre es un placer ver caras nuevas en esta casa. Muchas gracias a todastodos por la compañía y vuestras palabras.

Patricia, Maite... me dejáis con el corazón en un puño.

Julio, me gustó el vídeo... un puntazo, nunca mejor dicho.

Besos huelguistas.

Mon

Qué bonito escribes sobre esas cosas que muchos no quieren ni leer de lejos...que sensación de intimidad aún en una sala de hospital...Gracias Kum, y besos con aroma a Paz.

Julio Genissel

Hola KUM
Quería invitarte a que pases por mi blog y leas la narración homenaje a todos los compañeros de anónima: http://azullavable.blogspot.com/2010/10/ejercitando-la-derrota.html
Saludos
Julio

Anónimo

felicitaciones escribes precioso me traslado
a otro mundo
juanita

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