Solía degustar las palabras con dedicación de gourmet, dándole a cada una su tiempo, su espacio, permitiendo que el eco de cada sonido se diluyera en el ámbito de su paladar. Las dividía en fonemas, lexemas y morfemas intentando hallar su esencia, su espíritu, hasta que sólo le quedaban letras mezcladas como naipes en una baraja: Siempre las mismas, en distinto orden… contando diferentes historias.
Adoraba el golpecito que la t propinaba en sus dientes, la caricia leve de la l en el cielo de su boca y la vibración juguetona de la r en la punta de su lengua. Pero entre todas su favorita fue siempre la b, que prepara la boca como para un beso.
De las vocales simpatizaba con la o por asombradiza y con la e por vacilante. De la a solía decir:
-Todos morimos con una a en los labios, cuando el espíritu se nos esfuma en la boca.
Con el tiempo empezó a devorar las palabras con hambre de naufrago, con una avidez digna de espanto, hasta que un día se le enredaron una a y una o en un espacio equidistante entre el gaznate y las entendederas. Prorrumpió entonces en una tos salpicada de tildes y comas y, sorprendido, de pronto… escupió una @.
7 Dejaron su rastro:
Si es que nunca se sabe lo que puede ocurrir cuando las letras se juntan unas con otras en una especie de orgía alfabética.
Un relato estupendo.
Besos con luz.
Hey... ¡me ha gustado mucho! :D
buaaaaaaaa jajaja me flipa!!!!!!!me mola mucho mucho mcuho tu blog, ya lo cotillare mas profundamente.
me hace muchas gracia porque lo que he leido me recuerda a un buen amigo, gitano de granadam que me escribia cuentos para dormir. GRACIAS por este momentazo!!!!muakis!
Me encanta la musicalidad de este relato, saboreando las letras y notando sus efectos en la boca... leyéndolo seguro que he puesto caras raras, paladeando la t, la r, la l...
Abrazos!
Lo he leído varias veces, separando las palabras, disfrutando con las letras y quedándome con esa frase "siempre las mismas contando diferentes historias". Excelente combinación de letras y palabras las tuyas que confieso yo también devoro con gula
Saludillos
Alguna vez me atraganté en un cuaderno. Ahora respiro mejor y sé que cuando las letras se dejan libres se colocan en su sitio sin malas digestiones. Y esto ocurre a menudo con las no-letras.
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