viernes, 18 de febrero de 2011

Mis caras de otro.


















     La primera vez me llevé un susto de muerte y anduve fuera del mundo hasta entender el problema: Cada vez que estornudaba… me cambiaba el rostro. 
 

     Probé entonces con la acupuntura, el vudú, la meditación trascendental y el exorcismo, pero todo fue en vano, y pronto empecé a verle las ventajas a mi extraña enfermedad. Con el tiempo olvidé cual de todas esas caras había sido la mía, terminé por aceptarlas a todas como la propia y llegué a la conclusión de que mi catálogo venía a ser de unos treinta semblantes diferentes, sin orden, motivo ni secuencia. No había forma de saber qué cara sería la siguiente. Después de un estornudo, un repentino mareo y un vértigo leve, corría a buscar un espejo para saber quién sería las próximas semanas.

     Así, supe lo que es ser feo, atractivo, difícil, inane o irresistible. Tuve cara de menso, de líder, de hombre feliz y de burocracia, y a cada rostro le supe encontrar una vida, una amante, su concurrencia o su soledad. A cada cara le encontré su rutina.

     Aprendí los rudimentos de la falsificación y logré llevar una vida sencilla y ordenada, y si alguna vez sentía hastío o la necesidad de huir, simplemente olía amapolas.

     Sólo una vez me enredé en mis rutinas y visité con cara de golfo a la puta que solía frecuentar llevando la cara de tonto.

-Ponete la cara que querás, flaco, pero ese cuerpo y esa forma de besar no me los equivoco yo –me dijo ella con un gesto espantadizo y una pregunta en la voz.

     Yo, desarmado, le confesé mi condición cambiante y le hice allí mismo una demostración. A ella le encantó aquella locura, que vio más como un estrafalario don que como un problema de salud, y me invitó a quedarme.

     Desde entonces vivimos juntos como cualquier pareja normal, casi como la gente con cara. Tal vez, incluso, con alguna ventaja. Cuando se cansa de verme… me regala una amapola.

21 Dejaron su rastro:

Pedro Alonso Da Silva

Me has permitido disfrutar de un maravilloso instante de lectura con este cuento. Me haces pensar que las personas que realmente nos quieren, nos reconocen y aceptan más allá de la cara, las ideas o el estado de ánimo. Pues independientemente de la apariencia, somos quienes somos. Gracias por este regalito, Kum*

Anita Dinamita

Encantador relato, partes de una idea muy buena y le das una forma y un sentido.
Un abrazo descarado

Kum*

Sí, yo le doy la forma, pero el sentido se lo dáis vosotr@s. Vuestros comentarios son más inteligentes y más interesantes que mis relatos. Os odio. A los dos.

Besos milcaras.

Torcuato

Práctico aprovechamiento de la alergia a las flores.
Cada vez que estornude, debería aprovechar y hacerse una foto e intentar averiguar la serie.
Realmente muy, muy bueno.
Felicidades.
Un abrazo, Kum*

Malena

Todos tenemos varias caras, que vamos cambiando según la ocasión. Yo tengo una con el ceño fruncido, otra que se ríe a carcajadas, una que cuando se pone triste tiene un pocito en el mentón, una - generalmente la uso a la mañana - con el pelo ondulado, otra que uso de noche con el pelo lacio y un poco de maquillaje.
Y después están los ojos de los demás que nos ven de una manera, más allá de la cara que elijamos usar: mi padre me ve hermosa, mi ex marido más vieja, la gente de mi trabajo seria, mi madre desprolija, mi tía muy flaquita, mi novio más gordita.

Así nos pasamos la vida esperando que alguien vea más allá de la cara que tenemos o de lo que quiere ver.

¡Y qué felicidad cuando lo encontramos!

Malena

Otro si digo:
¿La mina era argentina?

bicefalepena

Qué práctico. En el fondo todos somos un poco la argentina, enseguida nos cansamos de la mismas caras. Con alergia es todo mucho más fácil.

Muy bueno tu relato.

Un abrazo sin amapola real

Puck

las tres primeras líneas son un micro o nano en toda regla. Impresionantes. Pero, a diferencia de lo que suele ocurrir, el desarrollo no desmerece a ese arranque tan espectacular. Todos tenemos mil caras y es genial encontrar alguien que sepa reconocernos detrás de todas ellas
Saludillos múltiples

Susana Pérez

Fantástico!! (en todos sus significados)

Veo perfectamente el guión de una película aquí, nos replanteamos la profesión?

Es un relato mágico, que envuelve, con mucha miga...

Besos sin caras.

Unknown

Vos sos el que hace de esta historia un GRAN CUENTO. Tu personaje tiene un problema muy común: todos tenemos un montón de caras. La de padres, la de hijos, la de profesionales, la de amigos, la de no me interesa y la de te quiero con toda el alma, por nombrar unas pocas. Y la gente que nos ama nos reconoce con cualquiera.

Te envío un beso con mi cara de Oh, qué bueno!
Y es un beso grande

F

Yo destacaría de este cuento el planteamiento y el detalle de las amapolas. Ambas cosas le dan fuerza.

Por cierto, con una gripe este hombre tiene que ser una locura, ¿no?

Ana Belén García Sánchez

Que bueno poder experimentar todas esas vidas. Seguro que si pudiéramos hacerlo entenderíamos mejor qué mueve a los demás a ser cómo son.
Me gustó mucho la idea de que aquella mujer le conociera más allá de su aspecto.
Conclusión: Que lindo, che.
Besitos sin apariencia!

Dany

Interesante relato. Parece que a veces no vemos las caras que ponemos en distintas situaciones. Siempre se acerca alguien a recordarte...."que cara de..." . Pero somos esa cara y las otras también. Muy bueno.

Kum*

Son ustedes los que dan sentido a mis relatos. Yo sólo me dedico a intentar hacerles reir, pensar... y a repartir sombreros.

Yo sólo soy el payaso Kum*...

Por pasar... por pensar. Gracias a todastodos.

Besos en las caras

Sara NY

Por Diosss, ¡Qué bueno! Es uno de los micros que más me ha gustado últimamente. Me parece sencillamente genial. Ingeniosa historia y perfectamente contada y rematada. Chapeau!
A ver si quito el óxido a mis neuronas y espero poder escribir algún día algo parecido.

Saludos admirados

artistalight

Divino relato, me hizo recordar una vez que discutía con mi esposo y sin querer me vi en el espejo del comedor...es increible lo feos que nos ponemos cuando peleamos. Gracias por dejarnos pasear por las doradas sendas de tu imaginación...fue una delicia :)

Rocío Romero

Precioso Kum, como suelo ser impuntual (sin pretenderlo) llego cuando ya no queda nada por decir. Me gustó mucho el comentario de Malena y me sumo a sus palabras. Es lo bueno de llegar tarde. Abrazos

Kum*

Pedro, Ana, Tor, Malena, Bicefa, Puck, Su, Patricia, Depro, Ana Belén, Dany, Sara, Marisa, Rocío...

Veis?... cuántas caras!!!

Besos descarados.

Anónimo

Me ha gustado tu relato de las mil caras. Otro podría ser el de las mil etiquetas. Etiquetas que se pone a la gente por miles de cosas (piensa un poco y ya verás como hay miles). somos millones de personas, millones de carácteres, millones de pensamientos, millones de sentimientos.....millones de caras.
Por eso existen las etiquetas, para diferenciar a los feos de los guapos, a los inteligentes de los tontos, a los ricos de los pobres, a los violentos y a los solidarios.....Estamos todos etiquetados. Tu eres un producto y yo otro.
Si no hubiera tantas etiquetas seguro que el mundo funcionaría de otra manera más solidaria.

pronto (estoy abreviando).

Oma.

Maria Coca

Todos empleamos diferentes máscaras según el momento. Muchas veces, involuntariamente. Qué complejo el mundo re las relaciones humanas verdad?

Ves? Este relato me hubiera gustado escribirlo a mí!!!

Anónimo

que relato más bueno, más encantador. Solo nos faltaría a todos encontrar nuestra amapola, según la ocasión.
Abrazos

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